Comenzamos el año en Tamaba celebrando el día nacional del músico, en conmemoración del nacimiento de “El Flaco”, el 23 de enero de 1950.
Músico, poeta, escritor, guitarrista, cantante y compositor, es considerado el padre del rock en español y referente para la música hispanoamericana hoy y siempre. A continuación lo recordamos con algunos hitos de su carrera artística.
Sus inicios en Almendra con sólo 17 años
Luis Alberto Spinetta forma su primer grupo en 1968 con tres ex-compañeros de colegio, Emilio del Guercio, Edelmiro Molinari y Rodolfo García. En su primer LP encontramos temas como “Muchacha, Ojos de Papel”, “Ana No Duerme”, “Plegaria Para Un Niño Dormido” y “Color Humano”. García en esa época ya sentenciaba: “Los mejores guitarristas rítmicos del mundo son John Lennon y Spinetta” en referencia al increíble talento que ya se observaba en el legendario músico. Hacia finales de 1970 la banda se separa. Ocho años después se reúnen, realizan recitales en el estadio Obras con grabaciones en vivo, y en estudio, y suman una exitosa gira por todo el país.
1971, Pescado Rabioso
Una vez separado de Almendra “El Flaco” se encamina a otro proyecto. La primera alineación de este grupo icónico es con Black Amaya, Carlos Cutaia y Osvaldo “Bocón” Frascino, quien luego sería reemplazado por David Lebón. La banda introduce hard rock, blues y rock psicodélico en su repertorio, algo novedoso en la escena nacional.
En este período nacen canciones como “Dulce Tres Nocturno”, “Blues de Cris”, “Como el Viento Voy A Ver” y “Nena Boba”. Luego de 2 discos grabados, por diferencias con la discográfica el grupo se separa en 1973.
Artaud, una obra majestuosa y sensible
Este álbum es lanzado como tercer trabajo de Pescado Rabioso pero de autoría cien por cien de “El Flaco” y lo graba acompañado de su hermano menor Gustavo, Rodolfo García y Emilio del Guercio. En 1973 sale a la luz, su título es en referencia a Antonin Artaud (1896-1948). El músico se vió conmovido por la vida y obra del escritor, pensador y actor francés; atraído por la locura, el dolor y la angustia del dramaturgo, lo atravesó en un momento en que el músico experimentaba un cambio de expresividad y una transición en su vida personal. Acá aparecen canciones como “Bajan”, “Cementerio Club”, “Cantata de Puentes Amarillos” y “Todas Las Hojas Son Del Viento”. Hace la presentación en vivo del álbum sólo con su guitarra en el Teatro Astral de Buenos Aires, ese día reparte entre los espectadores un manifiesto escrito por él mismo que llamó “Rock: música dura, la suicidada por la sociedad” en el que expresaba su incomodidad con la industria de la música y exigencias del entorno.
La tapa de Artaud se convirtió en un objeto de culto, su diseño totalmente salido de la norma, de color amarillo y verde con forma irregular e incómodo de guardar en cualquier estantería y batea, se valió la queja de las disquerías en ese momento.
Muchos consideran éste el mejor álbum en la historia del rock argentino.
Después de concluir esta etapa, a finales de los ’70 le siguieron las bandas Invisible, Banda Spinetta, Spinetta-Jade y Los socios del desierto.
En los ’80 y ‘90 continúa sumando material solista, graba con Charly García, León Gieco y Fito Páez y experimenta multitudinarias presentaciones en vivo en Buenos Aires.
El recuerdo de “Las Bandas Eternas”
Nos adelantamos en el tiempo y nos situamos en el 4 de diciembre de 2009. Ese día Luis Aberto celebra 40 años de música con un histórico recital en el Estadio Vélez donde reunió a colegas, amigos y familia. Entre los invitados estuvieron Fito Paéz, Charly García, Ricardo Mollo, Juanse, Gustavo Cerati, Baltasar Comotto, Javier Malosetti y Dante Spinetta, más los nombres que integraron las bandas de las que formó parte. El concierto tuvo un repertorio de 50 canciones y duró más de 5 horas durante las cuales deleitó a su público con sus composiciones y repasó su extensa carrera llenando el ambiente de una profunda emoción y dejando recuerdos imborrables en los presentes.
Al año siguiente se lanza CD + DVD con lo vivido en el evento, imágenes de backstage y de los ensayos y dos libros de fotografías.
El recital resultó en una especie de celebración-despedida del artista y en uno de los eventos más importantes del rock nacional que marcó a muchas generaciones en un solo espacio.