En la nota conoceremos cuándo surgió su pasión por el sonido y todo sobre su rol como docente de Acústica en la institución.
¿Cómo fue el inicio de tu pasión por el sonido?
Todo comenzó en el 98, estaba en el secundario y tocaba el bajo en una banda de Punk-Rock, uno de los integrantes del grupo tenía conocimientos sobre consolas y cuando empecé a aprender sobre el tema me di cuenta que mi camino era el sonido y la producción musical.
¿Cómo fueron tus siguientes pasos en el sonido?
Unos años más tarde, me encontraba estudiando en la Facultad de Ingeniería, donde tuve el privilegio de conocer a personas dedicadas al campo de los estudios acústicos. Fue en ese momento cuando descubrí mi verdadera vocación por la ingeniería acústica. Sin embargo, lamentablemente, no existía una carrera formalizada específicamente en esa disciplina.
Entonces decidí emprender mi formación de manera autodidacta. Después de una exhaustiva investigación, conseguí inscribirme en una extensión ofrecida por la Facultad de Ingeniería, la cual se enfocaba en el ámbito de la acústica y el sonido.
¿En qué momento te sentiste profesional?
Cuando diseñé mi propio estudio de grabación, nos encontrábamos alquilando un lugar que contaba con un control room equipado con herramientas básicas, pero desafortunadamente, la calidad del sonido era muy mala.
Fue en ese momento cuando comencé a estudiar y aplicar simultáneamente diversas técnicas, como la fabricación y montaje de mis primeros paneles acústicos y difusores. Tras obtener grandes resultados, descubrí la posibilidad de dedicarme profesionalmente a lo que realmente me apasiona: el sonido.
¿Cuál crees que fue tu primer gran trabajo?
Hace unos años, el reconocido productor y baterista argentino, Juan Standau, regresó al país y se puso en contacto conmigo con el propósito de montar un estudio de grabación donde se pudiera capturar los sonidos de pianos de cola e instrumentos de orquesta.
Trabajamos en conjunto para llevar a cabo este ambicioso proyecto. Tuve la oportunidad de diseñar y construir un estudio de acústica llamado “Custom Studio Recording”, situado en el barrio porteño de Palermo. Este logro representa para mí un gran motivo de orgullo, ya que considero que es mi proyecto más destacado hasta la fecha, tanto por su envergadura como por la calidad que ofrece.
¿Cómo definirías el trabajo de la acústica?
Si bien los fundamentos teóricos de la acústica han permanecido estables a lo largo a través de los años, ha habido importantes avances en las herramientas utilizadas para interpretar los datos que surgen de las mediciones acústicas, como software , modelado 3D, entre otros.
Estas nuevas herramientas, en constante evolución, desempeñan un papel fundamental en la interpretación de los datos, así como en la medición y cálculos que favorecen a la hora de solucionar y mejorar la acústica .
¿Qué pensás acerca de las aplicaciones que ofrecen un servicio de mejora musical a través de tecnología aplicada como algoritmos o IA?
Existen algunas aplicaciones que pueden ofrecer predicciones sobre cómo sonará una sala en base a los datos proporcionados, sin embargo, es importante tener en cuenta que se trata de una aproximación.
A pesar de los avances tecnológicos, la percepción auditiva sigue siendo fundamental y es difícil de replicar completamente mediante algoritmos o inteligencia artificial. La experiencia humana continúa siendo invaluable para determinar si un espacio tiene una acústica adecuada o no.
Si bien la IA puede brindar datos útiles, su capacidad sigue siendo principalmente estadística.
¿Hay una persona que te influenció?
Sí, por supuesto. Una persona que ha tenido una gran influencia en mí es Carlos “Indio” Gauvrón, amigo y profesor.
Lo conocí durante un curso de extensión universitaria, donde pude apreciar su excelente desempeño como docente y su habilidad para transmitir ideas de manera clara y efectiva a los alumnos.
Más adelante, tuve el privilegio de convertirme en su colega. Trabajar junto a él ha sido un sueño hecho realidad, ya que admiro mucho su trabajo. En este momento, nos desempeñamos como docentes en Tamaba, impartiendo la misma materia. Esto me llena de orgullo, ya que trabajar con él es para mí como jugar al fútbol con Messi.
¿Cuál es tu opinión sobre el rol docente?
Para mí, existe una marcada diferencia entre el rol docente y el rol profesional. No comparto la idea de que uno termina siendo docente cuando no puede dedicarse a lo que le apasiona.
Considero que es fundamental poder compartir ejemplos de trabajos reales con los estudiantes, ya que esto les inspira y les muestra el camino que podrían seguir en el futuro.
Una de mis cualidades como docente es señalar mis propios errores a los alumnos, con el objetivo de prevenir que caigan en las mismas dificultades o, en caso de que ocurran, que puedan solucionarlos a tiempo.
¿Qué consejos podrías darle a tus alumnos?
No suelo dar consejos, pero podría hacerles una sugerencia. Considero que lo más valioso es aprovechar el tiempo libre cuando uno es joven para estudiar y formarse profesionalmente, tomando cada oportunidad que se presente. Ya sea estudiando con compañeros, participando como invitado en actividades específicas organizadas por docentes, asistiendo a eventos en vivo o grabaciones.
Es fundamental estar atento a las posibilidades que surgen dentro de nuestra comunidad educativa, ya que a lo largo de la carrera es necesario poner en práctica lo aprendido. En este proceso, no existen manuales ni tutoriales definitivos, todo depende del esfuerzo y la dedicación personal.
Además, es importante experimentar y cometer errores, ya que es la mejor manera de aprender y evitar descuidos que podrían costar el trabajo en un futuro.