Anteriormente hemos hablado de la industria musical, cómo está compuesta y también dimos opciones de cómo volcar el contenido en redes sociales como Twitter o Instagram. Ahora bien, ¿Por qué se necesita de una industria musical?
Efemérides
La música, bien sabido, es un arte. Podemos remontarnos a Calíope, la musa griega de la música, o incluso antes, a las primeras producciones sonoras hechas por los humanos en la historia. Ya sea para entretenimiento, como contenido lúdico o meramente artístico, la música ha acompañado a la humanidad desde sus inicios. Y no solo lo sigue haciendo, sino que lo seguirá haciendo en el futuro.
Ahora bien, para que la música acompañe a la humanidad es necesaria una industria especializada que se encargue de ella. De su propagación, de su creación, de llevarla hasta los rinconces más alejados del mundo. En la actualidad basta abrir Spotify o Youtube en el celular para poder escuchar una canción, pero detrás de este simple hecho es que se encuentra la industria musical. Esta permite que la canción en cuestión llegue desde que es unos simples acordes, pasando por el delicado proceso de composición, hasta los auriculares donde una la escucha sin mayores problemas.
La música como un arte mismo podría seguir existiendo sin la industria, pero claro está que no sería lo mismo. Volveríamos a los tiempos de los trovadores que iban de pueblo en pueblo entonando sus canciones con sus instrumentos rudimentarios.
La industria musical se encarga, en cierto modo, de cuidar la producción artística. ¿Cómo? Protegiendola, expandiéndola, haciendo que no sea beneficio de unos pocos sino del común del mundo. Desde óperas hasta canciones de rock, todo se encuentra enmarcado en la industria musical. Este es el mercado que propaga el arte para que llegue a todos y todas, en todo el mundo.
Este es el porqué de la industria musical. Es un mercado necesario para que la música, concebida como arte, continúe existiendo y creciendo constantemente. Los músicos la necesitan para que a través de ella sus obras se vuelvan conocidas y reconocidas, reproducidas hasta el cansancio, para que se conviertan en tendencia en ventas y en redes sociales.
Claro que hablar de la música como mercado puede sonar duro de escuchar, es un tema delicado. Pero no por eso podemos ser ajenos a la realidad en la que la misma cultura musical se desenvuelve. Todo arte necesita detrás una industria que se encargue de optimizarlo, de volverlo no una mera mercancía, pero sí de darle el valor que merece. ¿De qué valdría un Van Gogh si no fuera por el lugar especial que ocupa en los museos de arte? Podemos pensar esto mismo con la música. De nada valdría una canción que solo suene entre cuatro paredes y no se de a conocer al mundo.
La industria musical tiene está tarea, de la cual se ocupa con suma prolijidad y cuidado.